Probablemente si decimos la “biblia de la moda” todos pensamos en la revista Vogue, pero ¿cómo surge? ¿Aparece de la nada? ¿Cómo llega una revista a convertirse en la “biblia de la moda”?
Pues la revista Vogue empezó en
1892 pero poco tenía que ver con la revista que conocemos hoy en día,
obviamente trataba de moda, pero era una revista semanal, tras la muerte del
fundador de Vogue, Arthur Baldwin en
1909 el grupo Condé Nast se
encargó de su edición, y a parte de cambiar de oficinas hizo de la revista que
salía una vez por semana una revista que salía dos veces de manera semanal.
Gracias a
la gestión y difusión de la revista durante el “reinado” de Condé Nast, la
revista que por entonces tan sólo existía en América del Norte empezó a expandirse, primero con su versión
británica y después con su versión francesa.
Más tarde y gracias a Frank
Crowninshield (antiguo editor de Vanity Fair) la revista seguía creciendo a
pesar de haber pasado la II Guerra Mundial y la Depresión, en esta misma época
fue cuando apareció por fin una de los grandes personajes de Vogue, Diana
Vreeland; ésta le dio un gran giro a la revista, ya no sólo por invitar a la
revista y conseguir la colaboración de indiscutibles de la época como Andy Warhol e
Irving Penn, sino porque hizo de la revista una ferviente defensora de la
revolución sexual de los 60.
En estos
años la revista ya iba cogiendo la forma con la que la conocemos hoy en día,
pero no fue hasta principios de los 70 que la revista fue de tirada mensual, gracias
a su nueva editora Grace Mirabella.
En el 88 y coincidiendo con la aparición de Vogue España, apareció por fin la
nueva y actual editora de Vogue, Anna
Wintour.
Parte de
la importancia de la revista es gracias a los reportajes constantes que hacen
de diseñadores como Christian Dior, Prada, Chanel, Gucci o D&G además de
dar grandes oportunidades a nuevos diseñadores. Gracias a esto y a las buenas
decisiones de sus editores y hoy en día gracias a Anna Wintour, Vogue está por
encima de todas las demás revistas de moda casi de manera indiscutible.
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